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IYENGAR
YOGA SANTIAGO
DE CHILE |
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continuación - |
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7.
El samkhya afirma que toda creación es producto
de los 25 elementos esenciales (tattvas), pero no
reconoce al Creador (Isvara). El yoga sí
reconoce al Creador. El Nyaya pone el acento en
la lógica y se ocupa principalmente de las
leyes del pensamiento, apoyándose en la razón
y analogía. Acepta a Dios como resultado
de la inferencia. El Vaisesika hace hincapié
en nociones tales como el espacio, el tiempo, la
causa y la materia, y viene a completar a nyaya.
Defiende, además, la misma visión
de Dios del nyaya. El Mimamsa, que se supedita a
los Vedas, consta de dos escuelas: el Purva Mimamsa,
que se ocupa del concepto general de la Divinidad,
aunque subrayando la importancia de la acción
(karma) y los ritos; y el Uttara Mimamsa, que acepta
a Dios sobre la base de los Vedas, si bien pone
especial énfasis en el conocimiento espiritual
(jñana). |
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8.
Yoga es la unión del sí-mismo individual
(jivatma) con el Sí-mismo universal (Paramatma).
La filosofía samkhya es teórica, mientras
que el yoga es práctico. El samkhya y el yoga combinados
proporcionan una exposición dinámica del
sistema del pensamiento y la vida. El conocimiento sin
acción, y la acción sin conocimiento, no
ayudan al hombre. Han de aparecer entremezclados. Es por
eso que samkhya y el yoga van juntos.
9. Según el yoga, Yajñavalkya Smriti, el
Creador (Brahma), bajo la forma de Hiranyagarbha (El Feto
Dorado), fue en origen el difusor del yoga como sistema
para la salud del cuerpo, el control de la mente y la
consecución de la paz. El sistema fue compilado
y puesto por escrito por Patanjali en sus Yoga Sutras
o aforismos. Más que de un estudio prolijo, se
trata de directrices que revelan los medios y el fin.
Cuando se combinan y practican las ocho disciplinas del
yoga, el yogui experimenta la unidad con el Creador, perdiendo
su identidad de cuerpo, mente y sí-mismo. Éste
es el yoga de la integración (samyama).
10. Los Yoga Sutras se componen de 196 aforismos divididos
en cuatro capítulos. El primero se ocupa de la
teoría del yoga. Va dirigido a quienes ya han logrado
una mente serena, y establece lo que han de hacer para
conservar esa serenidad. El capítulo segundo, acerca
del arte del yoga, inicia al principiante en la práctica.
El tercero trata de la disciplina interna y de los poderes
(siddhis) que adquiere el practicante. El capítulo
cuarto y último habla de la emancipación
o liberación de las cadenas de este mundo.
11. El vocablo “yoga” procede de la raíz
sánscrita “yuj”, que significa atar,
juntar, sujetar y uncir; dirigir y concentrar la atención
a fin de utilizarla para la meditación. El yoga
es, pues, el arte que lleva a una mente incoherente y
dispersa a un estado reflexivo y coherente. Es la comunión
del alma humana con la Divinidad.
12. El hombre recibe como legado de la naturaleza las
tres características o cualidades (gunas), que
son: la iluminación (sattva), la acción
(rajas) y la inercia (tamas). Ubicado en la rueda del
tiempo (kalachakra: kala=tiempo, chakra=rueda) como una
vasija en el torno de un alfarero (kulalachakra), el hombre
es modelado y remodelado de acuerdo al orden predominante
de estas tres características fundamentales entremezcladas.
13. El hombre se halla dotado de mente (manas), intelecto
(buddhi) y ego (ahamkara), denominados colectivamente
“consciencia” (chitta), la cual es fuente
de pensamiento, entendimiento y acción. A medida
que gira la rueda de la vida, la consciencia experimenta
las cinco desgracias de la ignorancia (avidya), el egoísmo
(asmita), el apego (raga), la aversión (dvesa)
y el amor a la vida (abhinivesa). Éstas a su vez
colocan a chitta en cinco estados diferentes, a saber:
embotado (muda), oscilante (ksipta), parcialmente estable
(viksipta), de atención unifocal (ekagra), o concentrada
(niruddha). Chitta, como el fuego, se ve avivada por los
deseos (vasanas), sin los cuales su fuego se extingue.
En ese estado puro chitta se torna fuente de iluminación.
14. Patanjali desarrolló ocho estadios en la vía
de la realización, de los cuales hablaremos en
el próximo capítulo. Chitta en estado de
embotamiento se ve purificada a través de yama,
niyama y asana, que espolean la mente hacia la actividad.
Asana y pranayama llevan la mente oscilante a un estado
de cierta estabilidad. Las disciplinas de pranayama y
pratyahara vuelven atenta la mente y focalizan su energía.
En este estado la mente es controlada por dhyana y samadhi.
A medida que se progresa, serán los estadios superiores
del yoga los que predominen, si bien los estadios previos,
que sientan las bases, no han de ser ignorados ni descuidados.
15. Antes de explorar el “Atman”, al que desconoce,
el sadhaka ha de aprender de lo conocido: su propio cuerpo,
mente, intelecto y ego. Una vez conocido lo “conocido”
en su totalidad, éstos se funden en lo “desconocido”
como ríos que se funden en el mar. El sadhaka experimenta
en ese momento el más alto estado de gozo (ananda).
16. Primero el yoga se ocupa de la salud, la fuerza y
la conquista del cuerpo. Después, levanta el velo
de diferencia entre el cuerpo y la mente. Finalmente,
conduce al sadhaka a la paz y la pureza diáfana.
17. El yoga es una forma sistemática de enseñar
al hombre a ir con meticulosidad y eficacia en pos de
la divinidad que se halla en su interior. Desentraña
al hombre desde el cuerpo externo hasta el sí-mismo
interior. Avanza pasando del cuerpo a los nervios, y de
los nervios a los sentidos. Desde los sentidos se adentra
en la mente, controladora de la emociones. Desde la mente
penetra en el intelecto, que guía la razón.
Desde el intelecto, su senda conduce a la voluntad, y
de ahí a la conciencia (chitta). La última
fase va de la conciencia al Sí-mismo, su ser auténtico
(Atma).
18. Así, el yoga conduce al sadhaka desde la ignorancia
al conocimiento, desde la oscuridad a la luz, y desde
la muerte a la inmortalidad.
Capítulo 1, “Luz sobre el Pranayama”,
B.K.S. Iyengar. |
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