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Conexiones
A través de la enseñanza, Iyengar nos
ha mostrado como entender las conexiones entre las diferentes
partes del cuerpo. El enseña que la columna recibe
el trabajo que realizan las piernas y los brazos. Este
principio es tan fundamental que se aplica en todas
las posturas. Por ejemplo, en posturas de parado e invertidas
la acción de los pies y las piernas pueden hacer
que la columna se extienda. En lugar de trabajar directamente
en una parte del cuerpo, lo cual muchas veces no es
efectivo, nosotros tratamos de entender las conexiones.
Iyengar nos ha enseñado que las asanas no son
solo una serie de posturas desarrolladas mucho tiempo
atrás. Pero si una exploración, un descubrimiento,
y una maestría de conexiones que se logran a
través de la práctica.
Acción vs. Movimiento
Cuando practicamos Yoga Iyengar, descubrimos la diferencia
entre acción y movimiento. Como principiante,
nuestra atención es capaz de observar solamente
el cuerpo periférico y los movimientos externos.
Esto es lo que llama movimiento físico. Con el
refinamiento, uno comienza a entender las diferentes
maneras de practicar. Aprendemos a usar todos los sentidos
de la percepción para sentir no solamente lo
que esta sucediendo en el cuerpo periférico,
pero también lo que esta sucediendo dentro del
cuerpo. Es aquí donde llegamos al punto que describe
Iyengar: “Cuando la mente actúa como un
puente entre los movimientos musculares y los órganos
de la percepción, e introduce el intelecto y
lo conecta con todas partes del cuerpo”. Nosotros
aprendemos a discriminar con la mente y analizar lo
que sentimos dentro de nuestros cuerpos. Esto es llamado
acción. La acción es cuando creamos un
estiramiento interno, un movimiento que es imperceptible
para un observador externo, pero que atrae inteligencia
y sabiduría a nuestras posturas. Esta conexión
de la mente con todas las partes del cuerpo, potencian
la relajación desde la superficie hasta las capas
más profundas del cuerpo.
Posturas
personalizadas
A través de la práctica continua y con
la posibilidad de penetrar más profundo en sí
mismo, Iyengar adquirió mucha sabiduría
del Yoga. Basado en el entendimiento de su propio cuerpo,
él ha enseñado a sus alumnos como penetrar
todos los niveles del cuerpo: el físico, el orgánico,
y el mental. Esta personalización de la práctica
de asana nos permite atender las necesidades personales
de acuerdo con los cambios en nuestro estado de salud
fisiológica.
Elementos
Otro aspecto del Yoga Iyengar es el uso de elementos,
incluyendo ladrillos, mantas, cintos, almohadones cilíndricos,
sillas y elementos de madera como un sistema de soporte
para alcanzar una mejor simetría y extensión
en la postura. Si una persona necesita recibir beneficio
con un asana –a nivel físico, orgánico
o mental- pero no puede realizar la postura por falta
de habilidad o fuerza, un elemento puede ser usado como
soporte. Con los elementos, aún una persona con
discapacidad o enferma puede beneficiarse con las asanas.
Los elementos permiten que todos los alumnos puedan
quedarse en las posturas por largo tiempo. Quedarse
en una postura solamente un breve tiempo afecta el cuerpo
físico primariamente. Quedarse un largo tiempo
en las posturas, los beneficios penetran profundamente
en los niveles orgánicos y mentales.
Por Gabriela Giubilaro, “Extracto Curso
de Profundización del método Iyengar”,
producido por Paula Tortolano, B.A. Argentina.
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